Nombre de la tienda empezada en 1922 con el entusiasmo y optimismo de los padres recien refugiados
RANCHO
En 1977, después de buscar durante diez años, Feliciano encontró un pedazo de tierra que satisfacía sus condiciones en Llano Grande en el municipio de Jilotepec, estado de México. Compró diez hectáreas erosionadas, sobrepastado, con falta de agua y tierra. Muchos defectos, pero con una vista maravillosa y un grupo de encinos y robles grandes, sobrevivientes de la época cuando toda el área estaba cubierta densamente de éstos.
Convirtió el terreno casi baldío en un vergel con cinco estanques y jagüeyes con truchas, tierra rehecha con métodos caseros y plantó cientos de árbles, muchos de ellas frutales pero tambien con muchas pequeñas plantas de robles que sus amigos escépticos decían que nunca vería crecer. Cuando Feliciano murió 30 años más tarde muchos encinos ya tenían seis o siete metros. La idea principal era mostrar que una familia con poco dinero pero ganas de trabajar podía rescatar un terreno maltratado con métodos caseros y sacar una vida digna y sustanial sin recurso a maíz o ganado. Una vez comprobado su propósito, Feliciano se dedicó a vivir en la casa y usar el gran estudio donde podría trabajar en piezas grandes